No es una metáfora. No es una reivindicación. Es la realidad, historia pura y dura. Johann Sebastian Bach fue preso cerca de un mes en 1717. Sin embargo, pese a que Bach cató el despotismo del régimen absolutista, este hecho fue más bien el medio por el que el maestro de Eisenach consiguió la libertad, nunca mejor dicho, de desarrollar todo su ingenio artístico con más y mejores posibilidades. En este tiempo, Bach llevaba ya una década como konzertmeister (lo que sería hoy primer violín de la orquesta) y organista del duque de Weimar-Sajonia, el príncipe Wilhem Enst.Estar al servicio de un noble en la corte como músico era más parecido por aquel entonces a ser un criado o ayudante de cámara. Tenía que estar dispuesto a tocar el órgano o el violín para que se durmiera su patrón, también si no podía dormir, para comer, para cazar; lo que al señor se le antojara. Precisamente donde podría haber desarrollado su arte en el órgano con maestría y placer, la música litúr
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