Erik Satie, unos flashes

Claude Debussy le definió como "músico medieval y dulce, perdido en este siglo". Y él mismo declaró: "He llegado a un mundo muy joven en un tiempo muy viejo".

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"Hace ocho años que padezco un pólipo en la nariz, complicado con una afección de hígado y reuma. Tras escuchar les Ogives de Satie, se manifestó en mi estado de salud una notable mejora. Cuatro o cinco aplicaciones de la Tercera Gymnopédie han acabado de curarme completamente".
Anuncio aparecido en La linterna japonesa, una publicación ligada a un cabaret, a finales del siglo XIX.


En unas de las miles de cuartillas que encontraron en su habitación, una vez había fallecido el irónico, solitario e incomprendido compositor:
" Me llamo Eric Satie, como todo el mundo"
.

En otra:
"Cuanto más conozco a los hombres, más amo a los perros".

 

 “Música de mobiliario”


    La “Música de Mobiliario” es básicamente industrial. Por costumbre usualmente se pone música en ocasiones en que la música no pinta nada. Por ejemplo, se tocan “Valses”, “Fantasías” de Opera y otras cosas parecidas, escritas con otro objeto.
    Nosotros queremos lanzar una música compuesta para satisfacer las necesidades “útiles”. El Arte no entra dentro de estas necesidades. La “Música de Mobiliario” crea vibración; no tiene otra finalidad; desempeña la misma función que la luz, el calor y el confort en todas sus formas.

    La “Música de Mobiliario” reemplaza ventajosamente las Marchas, Polkas, Tangos, Gavotas, etc.

    Exijan la “Música de Mobiliario”.
    No más reuniones, asambleas, etc., sin “Música de Mobiliario”.

    “Música de Mobiliario” para notarios, bancos, etc…. La “Música de Mobiliario” no tiene precedentes.
    Ninguna boda sin “Música de Mobiliario”.
    No entre en una casa en que no se utilice la “Música de Mobiliario”.
    Quien no haya escuchado todavía la “Música de Mobiliario” no conoce la felicidad.
    No se duerma sin escuchar un fragmento de “Música de Mobiliario” o dormirá usted mal.
Manifiesto propagandístico del propio Satie.

       Fue la primera música ambiental de la historia. Buscó una ocasión no musical para estrenarla: en la Galería Barbanzages,  durante los entreactos de una obra de teatro de Max Jacob. Aleccionó a los oyentes de que no reaccionaran ante su música, que actuaran como si no existiese. En cambio, el público se paró a escucharla y Erik montó en cólera.


Fuentes:
- http://es.geocities.com/juanbonillaweb/erik.htm
- http://gabinetedecuriosidades.com/2004/11/11/satie/

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